Autobiografia

Autobiografía 

Mi nombre es Raúl Alfredo Callar, nací en la ciudad de Tunuyàn el  8 de junio de 1978, mis padres se llaman Celestino Callar y Olga Esther Romano, soy el mayor entre mis hermanos Dante Alexis y Lilèm Araceli.

En1983 ingrese al jardín de infantes de la escuela Luis Piedrabuena ubicada  en el Cordón del Plata, distrito perteneciente al departamento de Tupungato. A fines del año siguiente cambiamos de domicilio, pasando a vivir en la calle Almirante Bromw 1872 del departamento de Tunuyàn. En el mes de Marzo de 1986 comencé mis clases en el  3º grado de la escuela José Hernández ubicada en el Barrio Escaravelli y a dos cuadras de mi domicilio, quedando de esta manera solucionado para mis padres el problema  del año anterior el cual tenia que ver con la distancia que debía recorrer para concurrir al 2 º grado de la escuela 12.Egrese de la escuela primaria en el año 1991 e ingrese en 1992, luego de no haber acreditado el porcentaje requerido en el colegio comercial Pío X al establecimiento Nacional de enseñanza técnica “ENET” ubicada en las calles 25 de Noviembre y Arturo Illia Pasado algunos días de marzo se dio el acto del comienzo del ciclo lectivo 1992, el horario de entrada era 07:45hs y se debía asistir con camisa, corbata y en lo posible con pantalón de vestir y zapatos.Concurrí con dos amigos que vivían cerca de casa, pero que no habían egresado de la escuela José Hernández; Al llegar la distancia recorrido  esa mañana fresca de hojas amarillentas, le dio un aspecto particular y desorientador, el cual se acentuó mas aun al observar ya dentro, el color del establecimiento, sus puertas y ventanas la ubicación de la bandera, la vestimenta de la gente adulta, sus gesto, la forma de agruparse que tenia los alumnos para esperar el comienzo del acto.Una vez concluido el mismo un adulto nos organizo en un aula, he indico quienes deberían retornar a las 14:00hs, horario correspondiente al 2º turnoYa en la tarde las cosas estaban mucho mas calmadas, ingresamos en un aula el cual seria 1º3º,  desde ese momento al cual pertenecería, nos hicieron sentar y esperar en silencio el ingreso del profesor, el cual luego de un tiempo no muy extenso procedió a presentarse.De esta manera entre recreos y horas interminables como las de castellano y matemática fuimos conociendo a cada uno de los docente, en poco tiempo no hacia falta mencionar su nombre, solo el escuchar ¡vine la vieja! o ¡viene la tía  pornoco! proveniente de algún  valiente atrevido casual que ponía en alerta a todos provocando que cada uno de nosotros tomara por asalto su lugar, buscando en si mismo su mejor actuación. Con respecto a la horas de historia, las pautas generales de comportamiento hacia el docente que se fueron estableciendo entre nosotros, tuvieron mucho que ver con algunos compañeros que se atrevieron a pasar los limites de supuestos tipos de docentes ya sea a través de la forma en que se dirigían al profesor o por las acciones que llevaban a acabo, debelando con dichas prácticas la personalidad real del docente.Algo característico de esperar de la docente era la presentación cada tanto de un tema nuevo a través de una clase expositiva que, en cuanto a esto ultimo no recuerdo haber visto ninguna diapositiva, afiche en el pizarrón o material alguno que apoyara las clases, Terminado el desarrollo de la clase nos proponía realizar un trabajo práctico que el mismo no consistía en mas de 10 preguntas y que deberíamos traerlo la clase siguiente en caso de no terminarlo.La carpeta la cual consistía en dos partes una de  trabajos prácticos y otra de apuntes de clase, era tenida en cuenta muy en cuenta  por el docente, su evaluación, se basaba en controlar el orden de los apuntes de clase y la falta de algún práctico, dando una nota que era promediada junto a notas de evaluaciones de proceso y notas obtenidas en lectura. En cuanto a la lectura teníamos un libro de lectura y trabajo, que la docente desde el primer día de clase nos indico el título del libro y el autor – Síntesis de Historia 1, de José Cosmelli Ibáñez-esta actividad en el momento de evaluar respondía  una técnica habitual, la misma consistía en llamar al azar al alumno que realizaría la lectura.Finalizando cada unidad, que en general eran 4 o 5 unidades que formaban el programa, el docente solía informar notas de proceso, llamar a los alumnos que se encontraban en dificultades, hablaba con ellos y les pedía que completaran la carpeta o que realizaran algún trabajo práctico, también fijaba la fecha  de la evaluación resultado.    En 1993 comencé 2º año 1º división, en el 1º turno, la docente que tenia las horas a cargo era una persona de edad avanza de muy buenas intenciones, pero, en un curso numeroso, en donde todoseran alumnos, no se hizo esperar la falta de disciplina, tornando habitualmente la clase en un desorden, hubieron muchas veces  en que tubo que intervenir el preceptor en clase, también hubieron muchas amonestaciones.Bajo este clima áulico, de gritos, tizàsos, papeles volando, chicos buscando sus útiles que otros habían escondido, el docente en ocasiones  desarrollaba una clase expositiva y en otras dictaba, proponía realizar trabajos prácticos, evaluaba tanto el proceso como en  el resultado a través de evaluaciones semiestructuradas que en  casos no requerían demasiado esfuerzo.El año siguiente, ya en tercer año las horas de historia eran dictadas por el mismo docente, en este caso la cantidad de alumno había descendido, ya sea por repetir el año o por abandonar, las clases continuaban siendo expositiva, el trabajo en el aula consistía en la tomar de apuntes y realizar trabajos prácticos, en ocasiones debíamos presentar la carpeta, en cuanto a la forma de evaluar seguía los mismos mecanismos  que el año anterior,  esto es evaluaciones semiestructuradas tanto en proceso como en resultado. En 1994 entre las asignaturas que tendría en 4º año ya no se encontraba materias humanísticas por lo tanto, el estudio de hechos históricos había concluido con tercer año,  desde ese momento y hasta 6º año, mi educación estaría orientada hacia una capacitación técnica.